Beneficios del purín de ortiga y de cola de caballo

Los purines se utilizan para mejorar la tierra, alimentar nuestras plantas y hasta para controlar ciertas plagas de insectos. ¿Pero qué son realmente estos preparados vegetales?

Los purines son el resultado de la fermentación de restos vegetales y/o estiércoles, siendo los más utilizados en huertas ecológicas el de ortiga y el de cola de caballo. Sus innumerables propiedades hacen de estos preparados un aliado indispensable en el manejo de la tierra y la fertilidad de las plantas.

Modo de actuación de los purines

Dependiendo de los vegetales utilizados en su fabricación, los purines tienen diversas aplicaciones.  En primer término, aportan encimas, aminoácidos y otras sustancias al suelo y a las plantas, aumentando la diversidad y disponibilidad de nutrientes para las mismas. Pero realmente, lo que hace únicos a los purines, es el gran aporte de microorganismos que la tierra y las plantas reciben al aplicarlos. Mediante el sistema de riego vamos a ir nutriendo la tierra, sobretodo con bacterias, que serán las encargadas de transformar la materia orgánica del suelo en nutrientes para las plantas.  mejorando, de este modo, tanto la sanidad como el desarrollo y la productividad de las plantas.

Otra de las grandes ventajas de los purines: es su efecto sobre algunas plagas, reduciendo el impacto de éstas, además de:

– Efecto positivo sobre algunas plagas, reduciendo el impacto de éstas en el cultivo.
-Un mayor desarrollo de las raíces.
-Mejor crecimiento.
-Ayudan a fijar nitrógeno en el suelo.
-Si los aplicamos de forma regular, mejorará la estructura del suelo y, con ello, la capacidad de retención de agua.
-Debido al aumento de materia orgánica, también aumentará el número de lombrices de tierra, tan beneficiosas en la huerta. Ensayos realizados demuestran que las lombrices migran hacia los sectores donde se aplican purines.

Elaboración de los purines
(texto extraído de Ecoagricultor.com)
Los purines se preparan en un recipiente no metálico.  Puede ser un balde de plástico, un envase grande de vidrio de boca ancha, una tinaja de cerámica u otro similar.  Se colocan las hierbas u otros ingredientes y se completa con agua limpia, preferentemente de lluvia (aproximadamente un kilo por cada diez litros de agua).  Si utilizamos agua de red que contiene cloro, la dejamos reposar previamente dos días al sol.

Una vez preparados, los envases con los purines y el agua se guardan en un lugar oscuro y a la sombra, tapados para que no entre alguna impureza pero que sí pueda entrar el aire.

Todos los días se bate el preparado enérgicamente durante unos minutos con ayuda de un palo de madera, para que entre abundante oxígeno, y se vuelve a tapar.

Fases del proceso. El proceso de elaboración puede dividirse en varias etapas:
1. Maceración:  Ésta se inicia a partir del momento que iniciamos el preparado.  La acción del agua comienza a extraer las sustancias del material vegetal y prácticamente no hay desarrollo bacteriano.  El proceso de maceración dura de doce horas hasta tres días, según la temperatura ambiente.

El preparado macerado se utiliza principalmente para aplicar el extracto de las hierbas utilizadas, generalmente concentrado, y para para combatir plagas de insectos u hongos.

2. Fermentación: Por la acción de hongos, levaduras y bacterias comienza a descomponerse el material vegetal. En esta etapa cambia la composición química del preparado, ya que las sustancias iniciales se transforman en encimas, aminoácidos y otros nutrientes para las plantas.  En la medida que avanza la fermentación, disminuyen las sustancias originales, aumenta la población de bacterias y de los productos elaboradas por éstas.

Los preparados en fermentación se utilizan principalmente como abonos líquidos, para regar el suelo entre las plantas o pulverizando, generalmente sin diluir, como abono foliar.

3. Purín maduro: Después de una a dos semanas las bacterias han transformado prácticamente todo el material disponible. Hay una mínima concentración de sustancias originales, pocos nutrientes (estos también han sido consumidos en su mayor parte por las bacterias) y una altísima concentración de bacterias (de 300 a 2000 millones de bacterias aeróbicas por miligramo de preparado).  Si al comienzo podía haber una diversidad de bacterias, en la medida que avanza el proceso de fermentación, una especie va desplazando a las demás.  El cultivo de bacterias que se desarrolla depende del tipo de material vegetal que utilizamos inicialmente.  El preparado está listo cuando el material original se encuentra disuelto completamente (quedando solamente los tallos u otras partes duras).  También habrá cambiado de color (cada purín adquiere un color característico) y tendrá un olor fuerte (a “podrido”), que se nota más al batir el líquido.

El purín maduro se utiliza generalmente para inocular el suelo con las bacterias, regando el preparado diluido en 10 a 20 partes de agua (sin cloro, para no matar las bacterias).  En algunos casos se pulveriza en forma concentrada para combatir plagas.

Conservación:

En la huerta solamente estaremos en condiciones de conservar, por un tiempo limitado, los purines maduros.

Se conservan en un recipiente no metálico, en un lugar fresco y oscuro.  Tapamos el recipiente para que no se contamine pero dejamos que entre el aire.  Escribe sobre cada envase el contenido del mismo y la fecha de elaboración.

Algunos purines recomendables:

Ortiga
-Cantidad:  Un Kilo de hojas y tallos de la planta fresca o 200 gr. de ortiga seca en 10 litros de agua
-Macerado: Se aplica sin diluir sobre troncos y ramas como protección contra los pulgones.
-En fermentación: A comienzos de la primavera y finales de otoño se pulveriza sobre ramas y hojas para prevenir la arañuela roja y de pulgones.  Dilución 1:50 en agua.
-Maduro: en dilución 1:20 se riegan los tablones después de la siembra o el trasplante.  Estimula el crecimiento.  Si solamente usamos una pequeña parte, reponemos el agua en el recipiente.  Así tendremos purín de ortiga desde la primavera hasta entrado el invierno.

Cola de Caballo (Equisetum arvense)
-Cantidad:  Medio kilo de cola de caballo fresca (o 150 gr seca) en 5 litros de agua.  Se hierve a fuego lento durante media hora.  Una vez frío, se vuelca en el recipiente para macerar y se agregan 5 litros más de agua.
-Macerado: Se pulveriza sobre las plantas para prevenir o combatir el ataque de hongos e insectos
En fermentación: Puede utilizarse para regar las plantas recién trasplantadas y los almácigos para prevenir los hongos, en dilución 1:20
-Maduro: en dilución 1:20 se riegan los tablones luego de la siembra o el trasplante, distanciado una semana de la aplicación del purín de ortiga. Previene del ataque de hongos e insectos.

Observaciones:  La Cola de caballo debe recolectarse hacia fines de verano, cuando comienza a ponerse amarillenta.  Entonces tiene el más alto contenido de sílice.  Conviene tener precauciones al pulverizar con objetos de cristal (reloj, gafas o anteojos), pues podrían mancharse.

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