Un hongo que mejora la producción

La Thricoderma, además de proteger las plantas de numerosos organismos patógenos, tiene una influencia positiva en el crecimiento de cultivos de interés agronómico como el tomate o el pepino.

Un grupo de científicos del Centro Hispanolusitano de Investigaciones Agrarias (Ciale) de la Universidad de Salamanca está trabajando con el género de hongo «Trichoderma» y ha demostrado que, además de proteger las plantas de numerosos organismos patógenos, tiene una influencia positiva en el crecimiento de cultivos de interés agronómico como el tomate o el pepino. En concreto, los investigadores han determinado que una proteína de este hongo estimula el crecimiento de las raíces y, por lo tanto, aumenta la aportación de nutrientes a los cultivos.

Enrique Monte, investigador que lidera este grupo de investigación, explica que la Trichoderma tiene un «efecto auxina», que es la hormona vegetal que permite el desarrollo de raíces laterales en las plantas. Cuando el hongo coloniza una planta le interesa que haya más raíces para tener una superficie más grande donde actuar, es por eso que estimula la planta a través de las auxinas para que tenga una raíz más densa y grande. La gran novedad que ha aportado la investigación es el descubrimiento que este hongo hace que las raíces tengan «pelos» que aumentan la absorción de nutrientes y, por lo tanto, el crecimiento.

Para comprobarlo han expuesto a las plantas simultáneamente a un tronco del hongo en estado natural, otra con el gen que produce la proteína sobreexpuesto y una tercera con el gen modificado para que no produzca esta proteína. Se ha demostrado que se producen más pelos en aquellas plantas en que se ha aplicado el gen sobreexpuesto, seguidas de la natural y, por último, las que no producen proteína.

Lo más importante de este hallazgo, pero, es su aplicación en el cultivo del tomate y el pepino. Los efectos concretos de la Trichoderma son un crecimiento precoz de las plantas, la estimulación en la germinación de las semillas y una mayor resistencia al estrés ambiental como la sequía o las temperaturas muy altas o bajas.

Mecanismos de defensa

La Thrichoderma también es conocida como defensa de las amenazas de organismos patógenos. Monte explica que lo hace de una manera muy similar a una vacuna. En un primer momento la planta reconoce la Trichoderma como un patógeno, pero cuando ve que no lo es la deja pasar. El hongo actúa como vacuna porque en contacto con la raíz estimula el ácido jasmónico. Si llega un patógeno por vía área, como por ejemplo un insecto, la planta se defiende mejor. En estos procesos también juegan un papel importante el etileno y el ácido abscísico (ABA). Los científicos del Ciale han conseguido explicar la relación entre todos estos elementos inducida gracias al hongo y que contribuye a la defensa y mejor desarrollo de las plantas.

Thricodermas en Ecotenda